“El
80% de los jóvenes cree que en una relación de pareja las chicas
deben complacer al chico”. Así de rotundo.
Creerá
el lector que el artículo que se presenta frente a sus ojos es una
retrospectiva de la idiosincrasia española de los años 50 y 60.
Nada más alejado de la realidad. Es una de las conclusiones
extraidas de un reciente estudio sociológico que se publicaba en la
prensa de ayer. Mencionaba también dicho informe la “idea
romántica” que tienen nuestros jóvenes de sus relaciones
amorosas, que otorga el papel de príncipe al hombre, mientras que la
mujer se debe centrar exclusivamente en servirle y hacerle la vida
agradable.
Hoy
es día 25 de noviembre del año 2011 (curiosamente Día Internacional Para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer), y el desarrollo sociocultural
que cabría augurar para estos tiempos dista mucho de ser más
“evolucionado” que los años de “Sor Citroën”. LGE, LOECE,
LODE, LOGSE, LOCE Y LOE, toda una una retaíla de leyes educativas
aprobadas desde la transición han tenido como exiguo resultado que en el día de hoy nuestros jóvenes sigan reproduciendo el tópico
machista, el cuento del valiente y vigoroso príncipe y de la amante
y sumisa doncella, adaptándolo a los tiempos de hoy (vía telebasura) a la versión
de “Granjero busca esposa”.
Y
es que en una sociedad de consumo, todo se vende y todo se compra,
incluida la
mente. El capitalismo, como “motor de desarrollo de la civilización” nos deja como legado cultural que el conocimiento y la educación sólo son útiles si son “productivos”, en términos exclusivamente mercantilistas. Las Univesidades ya no serán espacios universales abiertos al enriquecimiento de la mente y el espíritu. Tras Bolonia, está la destrucción de la educación en su sentido más humanista, transformando las Facultades en una red de centros exclusivos, destinados a una élite de "nuevas generaciones" de neocons. Eso para unos pocos escogidos... Para “los demás” tenemos cultura popular, tenemos televisión...!!!
mente. El capitalismo, como “motor de desarrollo de la civilización” nos deja como legado cultural que el conocimiento y la educación sólo son útiles si son “productivos”, en términos exclusivamente mercantilistas. Las Univesidades ya no serán espacios universales abiertos al enriquecimiento de la mente y el espíritu. Tras Bolonia, está la destrucción de la educación en su sentido más humanista, transformando las Facultades en una red de centros exclusivos, destinados a una élite de "nuevas generaciones" de neocons. Eso para unos pocos escogidos... Para “los demás” tenemos cultura popular, tenemos televisión...!!!
Todo
se vende porque todo se compra. El ciudadano es el burro que tira del
carro al que está sujetado, y si no tira con la zanahoria que le
ofrecen, tirará entonces con el palo. La rueda perfecta, edulcorada
con el opio de una nueva santa trinidad (Fútbol, MTV, y Prensa Rosa).
Los ídolos de nuestros hijos son “productos de consumo", frívolos cuerpos engalanados con joyas, coches deportivos y mansiones, lavando cerebros a ritmo de reggaetón, o abriendo en canal sus vidas
íntimas en televisión para que sean consumidas. La inteligencia se
diluye por las cloacas de Tele 5.
El
gobierno en funciones del PSOE se dispone a aprobar el reglamento que
desarrolla la Ley Sinde. Un gobierno en funciones aprobando
disposiciones relativas a derechos fundamentales. La Ley Sinde no
sólo supone la implantación de una censura previa y extrajudicial.
La Ley Sinde supone la perpetuación del secuestro del patrimonio
cultural humano perpetrado por productoras y editoriales, quienes
deciden qué cultura tiene valor y se vende y cual queda olvidada en
sus cajones de “productos” descatalogados.
Mientras
tanto, el nuevo gobierno en ciernes, nos adelanta su “revolución
cultural” vía Pío Escudero: "la protección, fomento y difusión de la fiesta nacional tendrá un tratamiento especial en los medios”.
Pues
eso... ¡Que viva España y olé!
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